Caffeine & Daydreaming nació del encuentro entre dos placeres cotidianos: el aroma del café recién hecho y el silencio que deja una buena historia. Es un espacio que invita a detenerse, a mirar la espuma que se dibuja sobre la taza y a dejar que la mente divague —entre sorbos y párrafos— sin la prisa del reloj.
Antes de tener un logo, tuvo un propósito: ofrecer un respiro en medio del ritmo acelerado de la ciudad. Un café donde cada detalle está pensado para despertar los sentidos y calmar el ruido interior.
Este proyecto nace de la experiencia de su creadora —barista y periodista— que encontró en el café una nueva forma de contar historias. Caffeine & Daydreaming no es solo un coffee shop: es una pausa extendida, un lugar donde cada taza es un relato breve, y cada libro, una invitación a soñar.
Aquí, el café se prepara con precisión, pero también con ternura. Se habla de aromas, de texturas, de viajes y orígenes. Y entre los estantes, se esconden pequeñas editoriales, autores independientes y voces que aún no gritan, pero conmueven. El propósito no es servir más café, sino cultivar momentos de presencia.
La identidad visual de Caffeine & Daydreaming se inspira en los matices del café y en la serenidad de las mañanas sin prisa.
La marca no busca gritar, sino acompañar.
Café de especialidad · Lectura consciente · Pausa urbana · Experiencia emocional